Telómeros, Optimismo y Alegría

Todos sabemos qué es un cromosoma, esas estructuras que se encuentran en el interior del núcleo de nuestras células, formadas por ADN y proteínas, que contiene la mayor parte de la nuestra información genética. Pero igual desconocemos la zona más distal, donde se encuentran los telómeros.

Los telómeros se encargan de proteger los extremos de los cromosomas para evitar que se desgasten o enreden. Cada vez que una célula se divide, los telómeros se acortan, hasta llegar un momento en el que son tan pequeños que su función protectora del ADN desaparece y las células dejan de reproducirse.

Elizabeth Blackburn ganó el Nobel de Medicina en el año 2009 por sus descubrimientos sobre cómo los telómeros y la telomerasa protegen a los cromosomas. Descubrió que la salud y el envejecimiento son procesos que pueden ser voluntariamente acelerados o decelerados, e incluso revertidos en algunos aspectos.

La clave este descubrimiento fue que no son las situaciones en sí mismas las que alargan o acortan los telómeros, sino que es la forma en las que interpretamos esas situaciones lo que activará los mecanismos biológicos que resultan en telómeros más cortos o telómeros más largos.

Cuando nos sentimos amenazados, frustrados, desesperados o estresados nuestro organismo activa una peligrosa respuesta sistémica. Lo más interesante fue descubrir que los mismos efectos eran desencadenados simplemente con pensar que algo malo puede ocurrir.

Si por el contrario percibimos que podemos afrontar la situación porque poseemos los recursos necesarios, activamos lo que se conoce como la respuesta de desafío: Una activación fisiológica que nos ayuda tanto física como psicológicamente para hacer lo adecuado en cada situación y tener éxito en nuestras metas.

El pensamiento negativo provoca que las mitocondrias, las centrales energéticas de la célula, dejen de funcionar correctamente, con la consecuente falta de energía a nivel celular, derivando en respuestas disfuncionales ante el estrés.

La rumiación, las quejas y el pesimismo también han demostrado influir en el acortamiento de los telómeros.

Acciones que protegen los Telómeros

Hay varias cosas que podemos hacer para proteger los telomeros, todas relacionadas con hábitos de vida saludables como son el deporte, descansar adecuadamente, alimentación saludable, evitar tabaco y alcohol …

Pero en esta entrada queremos reseñar la relación del tamaño de los telomeros con el optimismo y la alegría.

Las personas más felices pueden mejorar sus genes. Es lo que se conoce como epigenetica, es decir, podemos modular y cambiar nuestros genes: nuestras propias experiencias pueden marcar el material genético.

El optimismo es una forma de ver el presente. Todo depende de la interpretación que le demos.

La alegría tiene muchos beneficios:

Efectos biológicos: La alegría atenúa la respuesta fisiológica al estrés, agiliza el equilibrio interno (homeostasis) del organismo.

Efectos psicológicos: Reduce la ansiedad y el enfado, disminuye la inhibición que nos produce la frustración ante un problema. Nos facilita la exploración hacia nuevas alternativas de afrontamiento. Es un reforzador interno que nos lleva a esforzarnos para construir metas especificas.

Socialización: La expresión alegre produce en los demás una disposición para iniciar o mantener una relación interpersonal. Algunos componentes de la alegría son aprendidos culturalmente pero otros vienen determinados genéticamente y se desarrollan desde las primeras etapas de la vida.

Efecto regulador: Al retirar un gesto alegre en una interacción social se interpreta como deseo de finalizar o de que ya la situación no está siendo agradable.

Efectos cognitivos: Mejora la memoria sobre todo para recuerdos con información positiva. Incrementa la flexibilidad mental, promueve la organización y delimitación de categorías mentales facilitando soluciones creativas e innovadoras.

La autocompasión, la calidad de la conversación que tenemos con nosotros mismo, es muy importante también para nuestro bienestar, alarga los telómeros y nos ayuda a salir de los indeseables estados ansiosos y depresivos.

El ser un poco más dueños de nuestra biología, nuestra salud, nuestro bienestar nos hace más fuertes. Es cuestión de cambiar el foco.

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