¿Te gusta ver películas de terror o miedo? ¿Conoces a gente que disfruta con ese tipo de películas?
Somos seres inherentemente curiosos. ¿Cuántas veces hacemos algo simplemente para saber qué pasa?
Nos sentimos atraídos por el valor de la novedad, pero nos enfrentamos a muchas experiencias nuevas, ¿porque a veces nos decantamos por las que nos dan miedo o peligro en vez de por otras más benignas para nosotros?
Para responder estas respuestas tenemos que hablar del circuito de mesolímbico de recompensa.
El circuito mesolímbico
Es el circuito de recompensa, también conocido como el circuito dopaminergico.
Es el responsable de la sensación de recompensa.
Se compone de dos áreas:
1-El área tegmental ventral (ATV)
Es la responsable de detectar un estimulo y decidir si es positivo o negativo. Envía señales a la segunda área.
2-El núcleo accumbens (NAc)
Es el que provoca que experimentemos la respuesta apropiada.
Por ejemplo, si tomamos un delicioso batido, el ATV registra la experiencia como algo positivo, se lo indica al Nac y este hace que sintamos placer. En cambio si comemos algo en mal estado, el ATV lo registra como algo negativo, se lo transmite al Nac, y entonces induce en nosotros una sensación de asco o repugnancia.

El circuito mesolímbico de recompensa, proporciona placer cuando hacemos algo bueno, pero ese algo bueno abarca un amplio abanico de posibilidades entre las que se incluyen el que algo malo deje de ocurrir.
Debido a la adrenalina o la respuesta de lucha o huida cuando algo malo nos pasa, los periodos de miedo y terror son terriblemente intensos para nosotros. Cuando los vivimos todos nuestros sentidos y sistemas están alerta para el peligro.
Lo normal es que la fuente de peligro desaparezca y el cerebro reconozca que la amenaza ha dejado de existir.
Ejemplo: Estas en una montaña rusa volando a una gran velocidad y a mucha altura y a los 3 minutos estas tranquilamente en el suelo.
Estas viendo a Freddy Krueger matar en una película, termina la película y no va a aparecer en tu cuarto de estar.
En cada uno de estos casos el sistema mesolímbico de recompensa está reconociendo un peligro que cesa pronto y lo que quiere es que la próxima vez que vivas esa experiencia hagas lo mismo, porque interpreta que has evitado “tu muerte”.

Me imagino montad@ en la montaña rusa más grande del mundo con loopings, vertiginosas caídas, velocidad extrema, …
Cuando nos encontramos a punto de descender por la primera gran caída infinita, nuestro cerebro interpreta un peligro mortal.
Una vez que terminamos y pisamos suelo, nuestro cerebro al ver que estamos sanos y salvos nos recompensa con un “chute” de dopamina.
“no sé lo que has hecho, pero la próxima vez haz lo mismo, porque nos mantiene a salvo”.
La vía mesolimbica tiene importantes conexiones con el hipocampo y la amígdala, lo que permite que recordemos ciertos sucesos que considera muy relevantes y les asigna un fuerte vinculo emocional.