Ejemplo:

Imagina que viajas en tu coche con tu familia y de repente estas a
punto de chocar con otro vehículo. Como consecuencia, sufrirás una activación
a nivel fisiológico (taquicardia, sudoración, respiración, etc.). Cuando pasa el
peligro, la actividad fisiológica se empieza a normalizar, pero aún es elevada.
En ese momento si piensas en tu familia es posible que experimentes
más emociones de cariño y ternura hacia ellos que antes del
acontecimiento estresante.
Lo que ocurre es que la intensidad de esos sentimientos se ve favorecida por
la excitación fisiológica que arrastra desde el momento en que estuviste en
riesgo hasta que afloran los pensamientos subsiguientes.
Ejemplo 2:

Quieres coger el autobús urbano, vas corriendo a todo lo que te dan
las piernas pero al llegar el chofer cierra la puerta en tus narices. Notas como
tu cabreo sube de manera exponencial acompañado además de la activación
fisiológica previa de la carrera.
Stanley Schacter utilizó el termino arousal para describir la activación
fisiológica. Dolf Zillmann desarrolló el paradigma de transferencia de
excitación a raíz de la teoría de arousal.
Según Zillmann, la activación fisiológica (lo que sentimos corporalmente,
taquicardia, sudoración, enrojecimiento facial) no acaba de manera brusca
cuando cesa el mecanismo desencadenante, sino que tarda en desaparecer
debido a que los procesos hormonales que la sustentan son lentos.
Esto ocasiona que, si nos activamos en un contexto, esa activación perdura en
el tiempo sin darnos cuenta y puede provocar una emoción en otro contexto
que ocurra seguida en el tiempo. Cuando esto ocurre solemos atribuir esa
activación únicamente al segundo contexto.
Experimento de Zillmann
El experimento se basaba en mostrar películas de diferente contenido a varios
participantes. La películas podían ser de contenido erótico, violento o neutral.
Previamente a la visualización de la película, un cómplice intentaba enfadar al
participante. Tras visualizar las películas, los participantes podían administrar
descargas de diferente intensidad a la persona que les había molestado. Tal y
como Zillmann esperaba, los participantes que habían visualizado contenidos
violentos llevaron a cabo descargas más intensas que los que habían
visualizado contenidos neutros y los que habían recibido contenidos eróticos,
mucho más que los anteriores.
En palabras de Zillmann: «La excitación residual que deja prácticamente
cualquier reacción emocional es capaz de intensificar cualquier otra reacción
emocional posterior. El grado de intensificación depende, por supuesto, de la
magnitud de los residuos que prevalecen en el momento”.
El arousal residual, o activación general fisiológica y psicológica del organismo, se transmite de un
contexto a otro provocando respuestas, a veces desproporcionadas.
Por ello, se suele recomendar en momentos de ira, contar hasta diez antes de
responder contra alguien o algo.

Así que la próxima vez que te cabrees de repente, intenta conectar tanto con tu
emoción y observa tu cuerpo. Date un momento para analizar si el enfado es
acorde a lo ocurrido.