Ideas recogidas del libro «No me tapes el sol» de Eduardo Infante.
En la antigua Grecia hubo un grupo de filósofos que tomaron al perro como modelo de existencia y por eso se hicieron llamar “cínicos” (propio, semejante o relativo al perro).
Se denomina escuela cínica a la fundada en la Antigua Grecia durante la segunda mitad del siglo IV a. C. Fue el único movimiento filosófico de la antigüedad que tomó la libertad como valor supremo.
El griego Antístenes fue su fundador y Diógenes de Sinope uno de sus filósofos más reconocidos y representativos de su época.
En la actualidad se denomina cínicos a quienes muestran sin tapujos una inmoralidad bien arraigada y asumida. Ese termino nada tiene que ver con los antiguos filósofos cínicos.
A Antístenes solo le interesan la virtud, la verdad y la libertad.
Los cínicos son presentados como los auténticos discípulos y herederos de Sócrates, el hombre más bueno, justo y sabio conocido.
Martin Heidegger afirmaba que la mayoría de la gente vive existencias anónimas, viven en el “se dice” y en el “se hace”, dicen lo que dicen porque es lo que la gente dice y hacen lo que hacen porque es lo que la gente hace. El cinismo invita a construir existencias auténticas: decir y hacer solo lo que cada uno de nosotros puede llegar a decir y hacer, impedir que sean otros los que dicten cómo se debe pensar o cómo se debe vivir.
Los cínicos defendieron como valores la verdad, la libertad y la autosuficiencia. Se rebelaron contra todo aquello que pudiera poner en peligro su independencia: el principio de autoridad y el academicismo, los usos y costumbres, las tradiciones aceptadas acríticamente, las modas, el deseo, el placer sin medida, las pasiones que subyugan a la voluntad o la opinión de la mayoría.
El cínico fue una especie de “profeta pagano” que tuvo la valentía de vivir como pensaba, la osadía de decir la verdad a los poderosos sin temor y la lucidez para diagnosticar las normas absurdas, malos hábitos y costumbres perniciosas.

Fiel a lo aprendido con Sócrates Antístenes comenzó a enseñar que lo único que necesitamos para ser felices es la virtud.
Para Antístenes la virtud es un hábito, una cualidad estable que nos permite actuar según nuestra naturaleza, es decir, racionalmente, y por tanto, nos asegura acertar en nuestras elecciones y obrar bien. Todas las otras cosas buenas (dinero, posición social, entorno laboral agradable, una sana vida de pareja, …) son irrelevantes. La virtud es lo único que necesitamos para ser dichosos.
Muchos de estos bienes, como la riqueza o la fama dificultan el ejercicio de la virtud y desarrollan en nosotros un apego que nos esclaviza.
El dinero, los honores y el poder son cosas despreciables para el hombre virtuoso.
Para un cínico nada se ha de poner por encima de la libertad.
Antístenes nos enseña que nunca deberíamos estar dispuestos a vender nuestra integridad.
Diógenes exageró con su vida y se convirtió en el símbolo más popular del cinismo. Quiso averiguar qué es lo que realmente necesitamos para ser felices y que es superfluo.
Crates encarnó el rostro amable del cinismo. Enseño filosofía a otros muchos entre ellos a Zenon de Citio, fundador del estoicismo (rama que suavizó los principios más radicales y exigentes de la escuela cínica.
Ser un buen cínico exige negarse a hacer de la existencia un producto estandarizado por el mercado y tener el coraje de hacer de la vida una obra de arte.

El cínico y el punk
Un cínico y un punk comparten lugares comunes. El punk surgio en Inglaterra y EEUU durante los años setenta como la respuesta de un grupo de jóvenes a una sociedad que les había dado la espalda en un momento de profunda crisis económica.
Al individuo de estas sociedades se le dejaba bien claro que era lo que debía hacer para ser un ciudadano decente.
Como los antiguos filósofos cínicos estos jóvenes díscolos se atrevieron a gritarle las verdades a una sociedad hipócrita. Tanto el punk como el cínico no pretenden agradarnos, sino hacernos reaccionar.
¿A quién quería hacer reaccionar el cínico? ¿A quién ladraba?
Los cínicos combatieron una cultura patriarcal, clasista y misógina.
Los cínicos defendieron una igualdad natural entre seres humanos.
Los cínicos transmutaron valores, consideraron la riqueza como una fuente de corrupción y esclavitud. Buscan una vida natural y sencilla, carente de fama y honores, pero rica en virtud y libertad.
El camino más rápido para desarrollar “la mejor versión de nosotros mismos” es el de la continua superación personal. Cuanto más fuerte sea nuestra voluntad, más poder tendremos sobre las pasiones y deseos que nos gobierna, cuanto más poder sobre nosotros mismo, más libres seremos,; cuanto más libres seamos, menos necesitaremos y cuanto menos necesitemos, más plenos y dichosos nos sentiremos.
Lenguaje canino
Los cínicos transmitieron sus enseñanzas por medio de historias. Este tipo de filosofía se puede realizar en cualquier momento y lugar.
Buscaron reivindicar la libertad individual, criticar el orden establecido y rechazar los elementos alienantes de la cultura con performances filosóficas.
Las performances cinicas fueron recopiladas en colecciones de chreiadi (anécdotas)
La mas famosa es una colección que hizo Diogenes Laercio (vidas y opiniones de los filosofos ilustres).

La felicidad a través de 5 vías
El cínico abandona la ciudad de los tristes y emprende su búsqueda de la felicidad a través de 5 vías, cinco paneras de “asilvestrarse” hasta descender a una dichosa vida perra.
1-Primera via: Decrecimiento.
Despojarnos de lo que nos genera dependencia. Lo que creemos poseer pero que en realidad nos gobierna a nosotros y nos convierte en sujetados más que en sujetos.
2-Segunda vía: Rechazar la civilización
Muchos cínicos decidieron recuperar el paraíso perdido y vivir en comunión total con la naturaleza sin dinero, sin casa, sin familia, sin patria, sin moral y sin religión.
3-Tercera vía: Rechazar las convenciones sociales
El cínico transgrede todas las costumbres que considera absurdas y dañan nuestra naturaleza y nuestra felicidad. Somete a critica, analiza racionalmente y rechaza solo aquellas normas sociales que son absurdas, injustas o inmorales.
El cinismo nos advierte de la debilidad del ser humano cuando se siente sometido a la presión ambiental. El miedo a ser rechazado por el grupo puede anular la racionalidad del individuo, esto lo podemos ver con el experimento de Asch.
4-Cuarta vía: Despreciar honores y poder
El deseo es poder es culto al ego y la fama. Lo propio del cínico es repudiar los cargos de autoridad.
5-Quinta vía: retornar a la vida natural.
Regresar a la sencillez y la serenidad de la vida natural. El cínico no obedece las ordenes de la comunidad, solo aquellas que le dicta la naturaleza a través de la razón.

El uniforme y la alimentación del cínico
Un antiguo griego podía identificar a un cínico por su aspecto. Una pinta cochambrosa, a medio camino entre el vagabundo y el mendigo. Descalzo o con humildes sandalias y con un solo manto de tela tosca. Lleva pocas pertenencias en una alforja. El cínico se viste con una única prenda que le identificará con rapidez: el tribón, un rudo manto de lana.
Para los cínicos en un banquete es mejor disfrutar de una sopa de lentejas que conocer lo que es el temor y la ansiedad, precio que se paga por comer en la condimentada mesa del tirano.
La técnica nutricional de Diógenes era sencilla: aguardaba a tener hambre para alimentarse y sed para beber.
La ideología del cínico
No conformarse con decir la verdad, vivirla. Se oponen al idealismo, su ideología podríamos llamarla «materialismo existencial». El cínico vive consciente de que somos un cuerpo compuesto por luidos, vísceras, tejidos, carne y huesos. Ser materialista implica vivir conscientemente aquí y ahora.
El el debate con el idealista, el cínico se desnuda y demuestra la realidad de su cuerpo para luego pedir a su adversario que haga lo mismo con su supuesta alma, su supuesto dios y sus supuestas verdades eternas.
El materialista expone ante nuestros ojos su corporeidad; el idealista nos pide un acto de fe en su credo.
La revolución sexual de los cínicos
Para el cínico el sexo es tan natural como el comer o el dormir. Fueron los pioneros en iniciar una revolución sexual liberando al sexo de todo contenido moral y de toda función social. Ninguna parte de nuestro cuerpo es impúdica. Nadie tiene por qué dar explicaciones de su conducta sexual a ninguna institución política o religiosa.
La familia y la igualdad entre sexos
La familia griega poseía una estructura patriarcal. En ella, el padre de familia era el dueño y señor de los esclavos de la casa y de las mujeres; la mujer era educada en la subordinación y dependencia al varón, incapacitada para tomar decisiones, dadas en matrimonio, recluidas en el interior del hogar para tejer, engendrar y criar a unos hijos que no eran suyos, sino del patriarca.
El cínico consideró el matrimonio patriarcal como una forma de esclavitud y defendió el amor libre entre iguales, exento de cualquier forma de autoridad y relaciones de poder.
Defendieron la disolución de la familia con la idea de crear una sociedad en la que mujeres y hombres compartiesen igualdad de condiciones.
El sistema educativo
Los cínicos desarrollaron una feroz crítica al modelo educativo griego. Su actitud fue la de cuestionamiento y rechazo la educación oficial y tradicional, por ser un adiestramiento para doblegar al individuo y someterlo a los intereses del sistema.
En Grecia, la educación estaba en manos del Estado y tenía como objetivo la producción estandarizada de ciudadanos que nos fortalecieses y perpetuasen el sistema.
El sistema premiaba a aquellos que se dejaban domar y castigaba duramente cualquier intento de resistencia.
Los cínicos rechazaron la educación oficial. La filosofía cínica pretendía dotar al hombre y a a mujer del equipamiento necesario con el que enfrentarse a las dificultades de la vida.
Los cínicos despreciaron la educación tradicional pero no la educación en sí. Antístenes consideraba una buen educación como el bien más preciado que un hombre puede poseer.
También se enfrentaron al modelo de filosofía practicado en la academia platónica. Opinaban que si una filosofía no es útil para manejarse en la existencia o no ayuda a ser mejor persona, carece de todo valor.
El cínico sueña con una sociedad mejor, más universal y justa.

La religión
El cínico no tiene religión: ningún hombre, objeto o espacio son sagrados. La religión no es solo un sistema de signos con el que un pueblo expresa sus creencias, sino que es, sobre todo, la segregación de determinados espacios, tiempos o personas.
Defendieron que toda religión es un instrumento que anula nuestra capacidad de pensar, limita nuestra libertad y destruye nuestra singularidad.
Antístenes se atrevió a postular que los dioses nacieron de la pueril imaginación de los primeros hombres, que incapaces de entender el mundo que habitaban, divinizaron las fuerzas de la naturaleza y las pasiones que gobernaban sus almas.
Antístenes creía en la existencia de un dios, pero no en el de la religión. Un ser independiente y superior a todas las cosas; no es algo externo a la naturaleza, sino que es el propio universo. Dios no es el Creador del universo, sino la misma naturaleza eterna y creadora.
La muerte
Los cínicos no le tenían miedo a la muerte porque estaban demasiado ocupados en disfrutar de la vida. Fallecer ha de ser la culminación a una existencia dedicada a honrar la libertad, un acto de agradecimiento a la naturaleza de la que formamos parte y una devolución de aquello que gratuitamente se nos ha donado.
Diógenes se suicidó cuando ya era muy anciano. Cuando la enfermedad, la vejez o el dolor nos doblegan, terminar voluntariamente con nuestra vida puede devolvernos la autonomía perdida.
El cinismo invita a reírnos de algo tan serio y solemne como la muerte y a saber decir adiós.