El principio de Pareto, también conocido como la regla del 80-20 y ley de los pocos vitales, describe el fenómeno estadístico por el que en cualquier población que contribuye a un efecto común, es una proporción pequeña la que contribuye a la mayor parte del efecto.
Vilfredo Federico Pareto (1848-1923) fue un ingeniero, sociólogo, economista y filósofo italiano, cuyo Principio o Ley nos puede servir de referencia para centrarnos en lo que realmente importa, en lo que nos puede dar mayores satisfacciones con menores esfuerzos, sin malgastar energías y recursos en obtener pobres resultados.
Pareto a finales del siglo XIX se dio cuenta de que en italia el 80% de la riqueza estaba en manos del 20% de la población más o menos.
Es una regla genérica que puede usarse en muchas aspectos de la vida, no es una regla exacta.
Muestra como un gran porcentaje de un resultado suele venir dado por un pequeño porcentaje de los factores.
Por ejemplo en muchas empresas la mayor parte de los ingresos viene dada por un pequeño número de grandes clientes.
En youtube la mayor parte de las visualizaciones viene dado por un número muy limitado de videos.
En mi trabajo por ejemplo cuando realizo un proyecto, generalmente el 80% del proyecto lo realizo en el 20% del tiempo.
Si bien los porcentajes no son precisos en muchas ocasiones, la conclusión de esta, es que se dedica mucho tiempo en cosas que aportan poco valor. Por ello, al malgastar tiempo en estas actividades, se avanzará de forma muy lenta en la consecución de nuestros objetivos. Pero si se fuese capaz de concentrar en el 20% central, todo sería mucho más sencillo.
Autores como Richard Koch y Tim Ferris, están tenido un papel destacado en la popularización de esta ley que incentiva la productividad en libros como por ejemplo: “The 4-Hour Workweek” y “The 80/20 Principle”
¿Cómo aplicar la regla 80-20 en la vida diaria?
Este en realidad es un principio aplicable numerosas áreas de la vida, no sólo al trabajo y la empresa, podemos extrapolarlo a la economía, la política, pero también a nuestros pensamientos y actitudes.
Medita un poco en lo siguiente:
- ¿Qué 20% de las cosas de mi vida producen el 80% de mi felicidad?
- ¿Qué 20% de las cosas de mi vida son responsables del 80% de mis problemas e infelicidad?
- Para el aprendizaje de una materia: Plantéate que para aprender se necesita invertir el 20% de esfuerzo para obtener el 80% del resultado. Entonces analiza si la materia seleccionada para el estudio realmente recompensa el esfuerzo considerable que se necesita para dominarla.
- En el ahorro: Puede que en lugar de ahorrar recortando gastos pequeños de aquí y allá diarios lo que necesites sea centrarte en el 20% de acciones capaces de hacerte obtener el 80% de tu ahorro. ¿Pagas 100€ al mes por un gimnasio al que vas 1 o 2 veces a la semana? Quizás sea mejor entrenar en casa.
- En la ganancia de ingresos: Tampoco tiene sentido el dedicarse de una manera intensa a aquello que no genere buen dinero. Al contrario, lo mejor será dedicar tu esfuerzo al 20% de las actividades que produzcan el 80% del beneficio e ir despojándote de las actividades que no te reportan tantas ganancias.
- En las tareas diarias: Cuando haces una lista, lo más probable es que te dediques a invertir la misma cantidad de esfuerzo en todas las tareas de la misma. Pero esto no es productivo, porque hay tareas de más importancia y productividad que otras, a las que por defecto sí se le deben invertir más minutos. ¡Ordena tus tareas por importancia ante de empezar!
- En los problemas cotidianos: Ten en cuenta que el 20% de los problemas nos producen el 80% de los dolores de cabeza. Al momento de tener que resolver estos, enfócate en aquellos que son realmente perjudiciales para ti, y enfócate en la solución de estos primero.
- En los consejos de vida: Donde quiera que leas: libros, blogs, redes sociales, etc. Encontrarás un número enorme de consejos de vida. No puedes aplicar todo lo que lees en tu vida diaria, por lo que escoge entre los consejos más beneficiosos para tu vida.
