Hoy es Nochebuena. Bonita época para reunirnos en familia, cenar deliciosos manjares y oír los argumentos que tu cuñad@, suegr@ o pariente próximo tiene preparados…
El desacuerdo es algo común en el ser humano pero hay personas que lo llevan mejor y otras peor.
Desde esIkigai hemos pensado que podría ser de ayuda la jerarquía de discrepancia creada por Paul Graham.
Uno de los ensayos más famosos de este autor, ensayista y programador informático es How to disagree (2008).
En este ensayo Graham creó una representación gráfica en forma piramidal para ordenar los niveles de discrepancia. Cuanto más alto estés en la pirámide, más potente es la oposición o el argumento que defiendes. Los que se encuentran en el nivel más bajo son los que se sirven de argumentos débiles para defender sus ideas.
Así pues, cuanto más alto nos situamos, más gratificantes resultaran nuestras diferencias de opiniones.

Empecemos desde el nivel más bajo:
- Insulto: El nivel mas bajo de argumentación. Lo utilizan personas que no son capaces de ofrecer ningún tipo de argumento. “Piensas eso porque eres un idiota”
- Argumentación Ad hominen: Los que atacan al contrario o a su autoridad sin considerar el argumento. Se trata de atacar a las características de la persona sin aportar ningún argumento: No tienes ni idea, si eres un paleto que no tiene ni el graduado escolar…
- Respondiendo al tono del mensaje: La persona se vale de un tono del oponente para intentar desmentir el argumento. Se le resta importancia a lo que se dice y se enfoca únicamente en cómo se dice: ¡No por gritar tienes más razón! ¡Si me hablas así no te escucho!
- Contradicción: Se trata de utilizar la idea opuesta a la que la otra persona ha dicho. Suelen basarse en verdades universales sin profundizar en su verdadero valor.
Ejemplo: Todo el mundo sabe que lo que dices no es verdad, lo que dices ni me va ni me viene… - Contraargumento: La persona expondrá evidencias para respaldar su opinión pero no son fruto de su propio razonamiento sino de opiniones de los demás que sirven para respaldar sus creencias (como dijo Schopenhauer: El que no disfruta de la soledad, no amará a la libertad).
- Refutación: En este nivel la persona es capaz de razonar con sus propias ideas pero no se centra en el argumento basal del otro, sino en ideas mas externas o superfluas. Acabas refutando trozos sueltos de la discusión.
- Refutar el punto central: El nivel más alto y constructivo. Aquí la persona tiene recursos suficientes para rebatir el tema desde su base, utiliza sus propias experiencias para argumentar pero las basa en argumentos sólidos.
Sería algo como: “El punto central de lo que dices parece ser … Tal y como cita tu fuente, …
Pero está totalmente equivocado ya que según lo demostrado en el último estudio ….).

A parte de esta magnifica pirámide de la discrepancia, estos pueden ser unos buenos consejos para no acabar desquiciado en las comidas familiares:
- Asume que es muy difícil que los demás cambien de opinión . Tan solo intenta dar tu opinión y con suerte tu interlocutor tendrá en otro punto de vista en el que pensar.
- Separa las ideas de las personas. El objetivo es poder mantener conversaciones con gente que opina muy diferente a ti sin acabar llevándote mal.
- Atrévete a tener pensamiento crítico, y ¿si ese forma de pensar con la que llevas tantos años no es la correcta?
- Ponte en los zapatos de la otra persona, intenta pensar cómo argumentarías sus ideas
- Se humilde. No caigas en el sesgo de Dunning Kruger.
- Busca el ganar – ganar. ¿Cuál es el objetivo? ¿Irte a casa teniendo la razón o pasar un buen rato en familia y llevarte algún nuevo aprendizaje?
Y ya solo nos queda desearos feliz Navidad.
