Ley de woodhart, incentivos desalineados y consecuencias imprevistas

En el capítulo 126 de Kaizen, Jaime Rodriguez de Santiago nos habla de modelos mentales, y de ese capítulo nos parecieron muy curiosas las historias sobre incentivos desalineados y la ley de woodhart.

Ley de woodhart

Es un modelo mental, que nos dice que cuando una métrica o un indicador se convierte en un objetivo deja de ser una buena métrica. Pierde el contenido informativo que podía cualificarla para jugar ese papel.

Su promotor, Charles Goodhart, que fuera asesor del Banco de Inglaterra y profesor de la London School of Economics, dio nombre a la ley.

Lo que sucede en situaciones como esta es que los incentivos de una y otra parte no están alineados.

Incentivos desalineados

Los incentivos desalineados, también llamados “tragedia de los comunes”, implican que lo que es bueno para mí no es bueno para la humanidad y viceversa.
Lo contrario, los incentivos alineados, significan que mi interés y el de la humanidad van juntos.

Cuando los incentivos que creamos nos llevan a conseguir los contrario de lo que se pretendía entonces podríamos decir que se tratan de consecuencias imprevistas.

Aquellos resultados no esperados o no anticipados de la acción humana.

Vamos a mencionar unos ejemplos

Serpientes

El gobierno británico estaba preocupado por el número de cobras venenosas en Delhi.​ Por tanto, el gobierno ofreció una recompensa por cada cobra muerta. Inicialmente fue una estrategia exitosa y un gran número de serpientes fueron matadas por su recompensa. Sin embargo, personas comenzaron a criar cobras por su recompensa muertas. Cuando el gobierno se percató de esto, el programa de recompensas fue cancelado, causando que los criadores liberaran a las –ya sin valor– cobras. Como resultado, la población de cobras salvajes aumentó. La aparente solución al problema lo hizo aún peor.

De este ejemplo viene el nombre de efecto cobra.

El efecto cobra ocurre cuando un intento de solución a un problema en realidad lo empeora, debido a que el elemento evaluado en esa política es manipulado por las personas a las que se va a evaluar. El indicador mejora, pero es por el uso estratégico que los agentes hacen de él, empeorando realmente la política pública.

Ratas

Algo parecido pasó en Vietnan, bajo el gobierno colonial francés. Este gobierno creó un programa que pagaba por cada rata muerta. Para cobrar la recompensa, las personas debían proporcionar la cola de la rata. Los funcionarios coloniales, sin embargo, comenzaron a notar las ratas en Hanói sin colas. Los cazadores de ratas vietnamitas capturaban las ratas, les cortaban la cola, y luego las dejaban en libertad en las alcantarillas para que pudieran procrear y producir más ratas, lo que aumentaba los ingresos de los cazadores de ratas.

Fraude de los huesos

Un paleontólogo alemán en una expedición ofreció dinero a la gente por cada hueso de homínido que le trajeran.

Al tiempo descubrió que lo que hacían era buscar huesos grandes y bien conservados y partirlo en trozos para ganar más.

El resultado fue que gracias a la métrica (número de huesos) el paleontólogo consiguió malos resultados puesto que es mucho mejor conseguir los huesos en buen estado y no en trozos pequeños.

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