La paradoja de la elección ¿mejor más opciones o menos?

¿Te ha pasado alguna vez que al tener muchas opciones para decantarte, una vez que has elegido, tienes la sensación de haber elegido mal?
¿Piensas que habrías sido más feliz eligiendo otra opción? 

Imagina que vas a un restaurante y hay 20 ricos primero platos para elegir y otros 20 segundos. Una vez que has pedido al camarero te quedas con una mala sensación. Tenía que haber elegido el solomillo.

Tienes que elegir un restaurante para cenar y hay 200 diferentes que te recomienda la aplicación. Y si hubiera elegido otro…

Barry Schwartz (profesor de psicología) en su libro “La paradoja de la elección” nos habla de este modelo mental, esa sensación que se nos queda cuando tenemos muchas opciones para elegir.

La paradoja de la elección

Mientras más opciones nos den, menos satisfechos nos sentiremos con lo que escojamos, porque estamos conscientes de todas las otras alternativas de las que estamos totalmente privándonos.

Si tienes la opción de dos lugares en los que viajar y escoges uno, es probable que te sientas más confiado y cómodo con que la elección que hiciste es la correcta. Estarás satisfecho con tu decisión.

Pero si se te presentan 20 opciones similares y eliges una, la paradoja de la elección señala que es probable que pases años rompiéndote la cabeza, dudando y volviendo a preguntarte si en realidad hiciste la elección “correcta”, si de verdad estás maximizando tu propia felicidad.

Dicha ansiedad, ese deseo de certidumbre, perfección y éxito, te harán infeliz.

El problema, en sí mismo, no se trata de las cosas que elegimos, sino de todas aquellas a las cuales, teóricamente, renunciamos al elegir

Cómo elegimos 

A lo largo de su libro, Schwartz habla de cómo es nuestro proceso de decisión a la hora de elegir opciones:

  1. Desentrañar tu objetivo u objetivos principales.
  2. Evaluar la importancia de cada objetivo.
  3. Ordenar las opciones.
  4. Evaluar la probabilidad de que cada opción satisfaga nuestros objetivos.
  5. Elegir la opción ganadora.
  6. Modificar los objetivos.

¿Se puede evadir la paradoja de la elección?

Según un estudio de la Universidad de Cornell, una persona promedio toma 200 decisiones al día tan sólo en lo que respecta a comida. 

Barry nos recomienda en su libro, que en vez de dejarnos llevar por la posibilidad de investigar y acumular información interminablemente sobre las posibilidades que tenemos a la mano, nos limitemos a sólo tres sitios web, creando así un balance idóneo entre suficiente información y demasiadas opciones.

La solución, según indica Schwartz, es aprender a estar más cómodos con el concepto de «suficientemente bueno«, en lugar de buscar interminablemente la decisión perfecta, ya que en la mayoría de las decisiones que tenemos que tomar día tras día, la diferencia entre la decisión perfecta y la decisión suficientemente buena es insignificante.

Experimento

En la página de producthackers mencionan un experimento sobre esta paradoja:

Sheena S. Iyengar y Mark R. Lepper realizaron un experimento muy interesante. Se fueron a un supermercado y prepararon un puesto donde promocionarían mermeladas para analizar el comportamiento de los consumidores.

Este puesto promocional tenía dos variantes: una con una selección limitada a 6 mermeladas y otra donde se enseñaba una extensa selección de 24 mermeladas distintas. Cada uno de los puestos estuvo presente en el supermercado durante 5 horas consecutivas en un sábado cualquiera.

Durante las 5 horas que estuvo presente el puesto con la selección extensa de mermeladas, 242 clientes pasaron por delante del puesto, de los cuales 145 pararon a cotillear la selección de mermeladas (60%).

Por el otro lado, cuando estuvo expuesta la selección más condensada de 6 mermeladas distintas, 260 clientes pasaron por delante del puesto, pero solo pararon 104 (un 40%).

En definitiva, una mayor selección de productos nos llama más la atención y hace que aumente nuestro interés. Este es un comportamiento que he vivido en primera persona en multitud de ocasiones. Reconozco que me acerco a grandes selecciones de una tipología de productos (quesos, embutidos, o incluso aceitunas que no me encantan particularmente) como una urraca se acerca a algo que brilla.

Ahora bien, ¿qué pasaba después de que alguien se acerque a cada uno de los puestos promocionales? Los resultados son tan llamativos como contundentes: el 30% (31 personas) de los que se acercaron al puesto con la selección más limitada de mermeladas, acabaron comprando alguna. Por el otro lado, solamente el 3% (4 personas) de las que se acercaron al puesto con la selección más extensa acabaron comprando alguna de las mermeladas.
(https://producthackers.com/es/blog/paradoja-eleccion)

Conclusión

No siempre la muestra que tenga más posibilidades será la mejor para el cliente.
Elegir una u otra dependerá de qué casos, productos, servicios, momentos, experiencias…

Como siempre lo mejor será usar tu pensamiento crítico y el sentido común.

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