Hace más de dos años que hicimos una entrada sobre el dilema del prisionero. En esta entrada te quiero hablar de su variante: El dilema del prisionero repetido.
El dilema del prisionero
Es un problema en teoría de juegos donde dos personas que han cometido un delito son arrestadas y enfrentan la decisión de cooperar con la policía o traicionar a su cómplice.
Si ambos cooperan, reciben penas más leves que si ambos traicionan, pero si uno coopera y el otro traiciona, el que traiciona obtiene una recompensa y el que coopera recibe una pena severa.
El dilema radica en que, aunque la mejor opción para ambos sería cooperar, la desconfianza mutua suele llevar a la traición, lo que resulta en un resultado subóptimo para ambas partes, mostrando así el conflicto entre el interés propio y el interés conjunto en situaciones de toma de decisiones.
Si solo vas a jugar una partida al dilema del prisionero la estrategia racional es no cooperar, esta estudiado y es así, pero ¿qué pasa cuando juegas una y otra vez con el mismo jugador?

El dilema del prisionero repetido
En este caso el dilema se repite una y otra vez contra el mismo jugador. Si miras a tu alrededor la vida esta llena de este tipo de juego, no solo en el universo humano, también en el animal y vegetal.
Existen experimentos sobre este dilema.
El profesor de ciencias políticas Robert Axelrod organizó dos torneos donde matemáticos programadores expertos en teoría de juegos, desarrollaron programas para que compitiesen entre sí en una sucesión de partidas del prisionero repetido y ver cuál es la mejor estrategia.
Llegaron a la conclusión de que las mejores estrategias eran las más cooperativas.
Donde las dan las toman
Ese fue el nombre de la ganadora: “donde las dan las toman”. No era muy sofisticada pero funciono muy bien. Su estrategia fue cooperar en la primera ronda y a partir de ahí copiar siempre la última acción del otro jugador.
En el segundo torneo cambiaron las reglas para que se asemejara a un entorno evolutivo. Cada programa simulaba una estrategia de comportamiento. Cuando una estrategia tenía éxito se reproducía sino no. Después de múltiples pruebas ‘donde las dan las toman’ volvió a ganar.
Como dice Val Muñoz de Polymatas:
Este experimento parece demostrar que confiar y cooperar, pero sin poner la otra mejilla, es una estrategia robusta y viable en la naturaleza. Los humanos somos un buen ejemplo de ello. Nuestras relaciones se basan en la confianza, pero no dudamos en usar la venganza y el castigo cuando alguien abusa de nuestras buenas intenciones.
Como consecuencia, nuestras instituciones han sido diseñadas para crear un clima de confianza y para castigar a los que lo rompan.
