Los estoicos recomendaban separar nuestros pensamientos de los elementos externos para evitar fusionarnos con ellos.
Así podemos evaluar todo con más objetividad y serenidad.
Según Marcos Vázquez en su libro invicto, el primer paso es entender que no somos nuestros pensamientos, que podemos distanciarnos de ellos.
Examinarlos de manera racional en vez de dejarnos arrastrar por su impacto emocional.
Dar un paso atrás nos permite ver con más claridad y así podemos preguntarnos si existe otra forma de interpretar nuestra realidad.
Técnicas para lograr este distanciamiento
1-Descomposición: Usar la razón para descomponer en sus elementos básicos lo que nos causa miedo o deseo.
2-Ver lo que nos ocurre como si le ocurriera a otra persona.
3-Adoptar una visión mucho más amplia del espacio y del tiempo.
Según Marco Aurelio, podemos reducir el impacto si “visualizamos en nuestra mente la enormidad del universo y el tiempo infinito, observando la transitoriedad de todas las cosas, incluyendo nuestra propia vida”.

La vista desde arriba o vista de pájaro
Alejarnos mentalmente de nuestros problemas para ver sus contornos y enfocarlos mejor, logrando una mejor perspectiva de su dimensión.
Imagina que te ves desde una gran altura. Veras lo pequeño que eres comparándote con la ciudad, lo pequeña que es la ciudad comparándose con la tierra, y lo pequeña que es la tierra comparándose con la galaxia.
Una buena forma de lograr esta perspectiva es viajando a grandes montañas o inmensos océanos. Pasar más tiempo en la naturaleza mejora la perspectiva sobre nuestros problemas.